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"Un acto de justicia: Sarabia, selección" por Rubén Uría

"Un acto de justicia: Sarabia, selección" por Rubén Uría

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El líder del Sevilla, en forma

Ruben Uria Blog

Con la diestra o con la zurda, en su banda natural o a pierna cambiada, por fuera o por dentro, al galope o en estático. Pablo Sarabia es el gran secreto a voces del Sevilla Fútbol Club, la gran piedra angular sobre la que Machín ha edificado un equipo competitivo, solvente y de genética ganadora. Primero derribó la puerta grande de Nervión, ahora aporrea la de la selección de Luis Enrique – no hay motivo aparente para que siga sin comparecer en las convocatorias-, y con su momento de forma actual, presenta candidatura, junto a Iago Aspas, a mejor jugador nacional de lo que va de Liga. Números cantan: ha convertido 14 goles oficiales esta campaña con el Sevilla, anotando seis tantos en Liga, siete en competición europea y uno en la Supercopa de España. Sólo el mejor de todos los tiempos, “Su Santidad” Leo Messi, lleva más tantos que Sarabia durante la presente temporada.

A nadie escapa que cerrar la renovación de Sarabia es el caballo de batalla que todavía espera a Pepe Castro en los despachos. Atar su continuidad es el asunto más prioritario en la agenda presidencial, porque el salto de calidad de Sarabia, que además de prolongarse en el tiempo está acrecentándose todavía más esta temporada, lo merece. Su cláusula de rescisión, que asciende a 18 millones de euros, invita a pensar que si el Sevilla FC no mueve ficha para hacerle una oferta realmente generosa, Sarabia podría durar menos que un caramelo en la puerta del colegio. Este verano escuchó cantos de sirena de la Real Sociedad, que le ofrecía un buen salario, pero Sarabia quiso persistir en Nervión, tuvo sangre fría y decidió esperar. Hay quien sostiene que su representante tensó demasiado la cuerda y quien pondera que el chico está demandando exactamente lo que merece: un suelo acorde a su notable rendimiento.  Sea como fuere, Castro ya sabe que renovar a Sarabia se antoja clave para el futuro deportivo del proyecto de Machín.

A pesar de que el club hispalense cuenta con una extraordinaria nómina de futbolistas y con jugadores de primer nivel, como Banega, Mudo Vázquez, André Silva o Ben Yedder, ni siquiera el peor fiscal de Sarabia podría negar que es el jugador más determinante de la plantilla. Dirige, conduce, asiste, marca y lo mejor, lidera. Lo hizo cuando el equipo pasó un momento de duda e indefinición con Berizzo, lo hizo cuando recuperó el pulso y después se desvaneció en la final de Copa con Montella y lo sigue haciendo ahora que el sevillismo roza la gloria con la yema de los dedos y sueña con pelear hasta el final una Liga sin dueño. Y si alguien tiene licencia para soñar, ese es Pablo Sarabia, el jugador español más determinante de las cinco grandes Ligas con una participación directa, dando una asistencia o marcando un gol, hasta en 21 ocasiones, contando partidos de Liga, Copa y competición europea. Sólo Messi, Neymar Junior, Lewandowski y Sebastien Haller, tienen mejores números que el madrileño. Basta ver cada partido del Sevilla FC y echar un vistazo a los números para tener muy claro que el público hispalense no exagera nada cuando pide, a gritos, un acto de justicia: “Sarabia, selección”.

"Un acto de justicia: Sarabia, selección" por Rubén Uría

El líder del Sevilla, en forma

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Con la diestra o con la zurda, en su banda natural o a pierna cambiada, por fuera o por dentro, al galope o en estático. Pablo Sarabia es el gran secreto a voces del Sevilla Fútbol Club, la gran piedra angular sobre la que Machín ha edificado un equipo competitivo, solvente y de genética ganadora. Primero derribó la puerta grande de Nervión, ahora aporrea la de la selección de Luis Enrique – no hay motivo aparente para que siga sin comparecer en las convocatorias-, y con su momento de forma actual, presenta candidatura, junto a Iago Aspas, a mejor jugador nacional de lo que va de Liga. Números cantan: ha convertido 14 goles oficiales esta campaña con el Sevilla, anotando seis tantos en Liga, siete en competición europea y uno en la Supercopa de España. Sólo el mejor de todos los tiempos, “Su Santidad” Leo Messi, lleva más tantos que Sarabia durante la presente temporada.

A nadie escapa que cerrar la renovación de Sarabia es el caballo de batalla que todavía espera a Pepe Castro en los despachos. Atar su continuidad es el asunto más prioritario en la agenda presidencial, porque el salto de calidad de Sarabia, que además de prolongarse en el tiempo está acrecentándose todavía más esta temporada, lo merece. Su cláusula de rescisión, que asciende a 18 millones de euros, invita a pensar que si el Sevilla FC no mueve ficha para hacerle una oferta realmente generosa, Sarabia podría durar menos que un caramelo en la puerta del colegio. Este verano escuchó cantos de sirena de la Real Sociedad, que le ofrecía un buen salario, pero Sarabia quiso persistir en Nervión, tuvo sangre fría y decidió esperar. Hay quien sostiene que su representante tensó demasiado la cuerda y quien pondera que el chico está demandando exactamente lo que merece: un suelo acorde a su notable rendimiento.  Sea como fuere, Castro ya sabe que renovar a Sarabia se antoja clave para el futuro deportivo del proyecto de Machín.

A pesar de que el club hispalense cuenta con una extraordinaria nómina de futbolistas y con jugadores de primer nivel, como Banega, Mudo Vázquez, André Silva o Ben Yedder, ni siquiera el peor fiscal de Sarabia podría negar que es el jugador más determinante de la plantilla. Dirige, conduce, asiste, marca y lo mejor, lidera. Lo hizo cuando el equipo pasó un momento de duda e indefinición con Berizzo, lo hizo cuando recuperó el pulso y después se desvaneció en la final de Copa con Montella y lo sigue haciendo ahora que el sevillismo roza la gloria con la yema de los dedos y sueña con pelear hasta el final una Liga sin dueño. Y si alguien tiene licencia para soñar, ese es Pablo Sarabia, el jugador español más determinante de las cinco grandes Ligas con una participación directa, dando una asistencia o marcando un gol, hasta en 21 ocasiones, contando partidos de Liga, Copa y competición europea. Sólo Messi, Neymar Junior, Lewandowski y Sebastien Haller, tienen mejores números que el madrileño. Basta ver cada partido del Sevilla FC y echar un vistazo a los números para tener muy claro que el público hispalense no exagera nada cuando pide, a gritos, un acto de justicia: “Sarabia, selección”.

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