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El mejor 'once' de la Liga pero sólo con un jugador de cada equipo

El mejor 'once' de la Liga pero sólo con un jugador de cada equipo

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¿Cuál sería el Once Ideal de lo que llevamos de Liga española 2019-2020 si sólo pudieras escoger a un futbolista por equipo?

El fútbol español decide estos días, como todo el planeta, qué medidas tomar sobre la posibilidad de poder retornar al césped, saltar a la cancha y seguir disputando la Liga 2019-2020 que, sin ninguna duda, será una de las más recordadas por el escenario que ha tomado manejar. El Covid-19 se ha encargado de mantener en rojo, probablemente para la eternidad, esta temporada futbolera.

No obstante, el campeonato estaba encarando ya su recta final, nos acercábamos a las citas determinantes que decidirían qué pasaría con cada uno de los objetivos y los futbolistas fundamentales estaban haciendo gala de su capacidad para resolver en los días donde todo tomaba un cáliz trascendental. Cada equipo ha tenido diferentes jugadores que estaban siendo la clave por la que ser esperanzadores o por la que imaginar un futuro positivo incluso estando en zona peligrosa o lejos de los objetivos propuestos a principios de campaña.

Por eso, desde Goal.com, hemos querido indagar, diseccionar y exprimir cada una de las plantillas de la Liga española y otorgar merecimientos individuales en cada una de ellas. ¿Quién ha sido el mejor de cada equipo en lo que se lleva de temporada? Uniendo estadísticas, sensaciones y realidades de cada club, hemos decidido armar un ONCE IDEAL de la Liga 2019-2020 pero con una particularidad, escogiendo sólo a un futbolista por plantilla. Un once titular, capaz de todo y repleto de futbolistas en forma, pues ellos son los mejores de su equipo y, ahora, los representantes de sus colores. ¿Cuál sería tu once?

El guardameta de la Liga. Es difícil hacer sombra a la temporada del guardameta granota, principal pilar a la hora de valorar por qué en un curso donde los delanteros no están siendo determinantes, el equipo está plácidamente en una tierra de nadie que no debería ni acercarlo a posiciones de peligro por el descenso. Intervenciones determinantes cada partido (lleva dos cursos siendo Top 3 de porteros más expuestos). No es excesivamente alto (1,82), pero su juego aéreo ha sido una de las mejores bazas, pues le aporta seguridad a la zaga, al tiempo que sus reflejos, agilidad, concentración y reflejos, le sirven para tener ya varias suculentas ofertas para dar un siguiente paso en su carrera.

El lateral zurdo lleva un curso espléndido, recuperando la mejor versión que de él se imaginaba cuando el mismísimo PSG lo contrató hace unos años, pero asentándose en un carril zurdo que llena de alegrías el curso bilbaíno. Y es que no sólo en Liga se ha mostrado rápido, tenaz, profundo y determinante, sino que en la Copa del Rey, su gol en semifinales fue determinante para colarse en la finalísima vasca. Dos goles y otras tantas asistencias, que van a seguir abriéndole paso entre los mejores.

Quizás el Real Madrid, a nivel individual, no está teniendo un año muy florido en algunos futbolistas determinantes años anteriores, pero de todos los que mantienen su regularidad como principal estándar de calidad, Carvajal sigue siendo el más capaz. Siempre intocable cuando su físico está óptimo, es cierto que ha dejado alguna debilidad en partidos concretos a nivel defensivo, pero en un curso donde los goles no llegaban fácil al lado blanco, sus seis asistencias demuestran la necesidad de encontrar virtudes definitorias a todo lo que es capaz de generar el internacional español.

No suele ser la defensa, y más aun la pareja de zagueros, una zona de los planes de cualquier técnico, que guste tocar en exceso y, por ello, cuando los centrales llegan a un nuevo contexto, suelen necesita un tiempo de adaptación. No ha existido semejante criterio para Diego Carlos, hasta el punto que a base de solidez, potencia, seguridad y hasta goles en jugadas a balón parado ofensivo, le han servido para estar entre los mejores del curso, ganarse a los sevillistas en cuestión de meses y asegurar, sí o sí, que la llamada de la Canarinha estará cerca de caer. Su futuro, rentable una vez más para Monchi, está asegurado.

Llegar como ‘novato’ a la Liga española, en un club que siempre debe tener seguridad defensiva como pieza para su salvación y, además, afrontar todo ello con sólo 20 años, era el reto que tenía por delante Salisu en Pucela. El ghanés, que surgió de la escuela de talentos nacionales de su país, llegó por sorpresa al filial pucelano en 2017, pero rápidamente encontró ojos puestos en su capacidad defensiva. Fuerza, solvencia, seguridad con la pelota en los pies (casi 82% de fiabilidad de pase, algo muy alto para un zaguero y más en su club) y rapidez en reacción, de piernas y de mente, pues ha destacado muchísimo por sus reuperaciones y achicando espacios tras pérdida. Está ya en la agenda de los ‘muy grandes’.

Tenía todo Mestalla a sus pies como estilete del curso, una vez más, para dar seguridad, potencial y experiencia a los chés, y no necesitó tiempo para re-demostrar, que es el líder del Valencia. Lo juega absolutamente todo, es el más fiable con pelota de su equipo, es el termómetro, el regulador, el lanzador y el jefe que da el paso adelante o enfría cada acción. Marca tiempos y asume responsabilidades, siempre. Cuando el equipo empezó fatal y cuando el equipo empezó a reaccionar. Ocho goles (infalible con penaltis), lanzador de cada acción a balón parado y tres asistencias ya en su haber este curso. Todo lo positivo para los de Celades nace, siempre, en sus botas.

La pesadilla quedó atrás y aquella cita médica que, tras muchas operaciones y desesperos, pronosticó que Santi jamás iba a poder volver a jugar al fútbol, debe haberse quedado absolutamente muda. No sólo volvió el asturiano, sino que ya el pasado año cigió tono, furia y pasión, para mezclarlo todo y, ya con una mejoría física y partidos, puso el tono ideal. Tanto, que hasta volvió a la selección española y tiene muchas opciones de estar en la Eurocopa. El icono pasional amarillo, el ídolo en el que inspirarse y, desde luego, la espalda sobre la que se regula todo el funcionamiento colectivo del submarino. Ocho goles y seis asistencias, justificarían que al bueno de Cazorla le colocáramos, incluso, como futbolista más regular del curso si nos basamos en cada detalle estadístico de su juego.

Quizás a más de uno pueda sorprenderle la aparición de un futbolista de uno de los clubes que más gris lo tuvo, tiene y tendrá en esta Liga para mantenerse en 1ªDivisión. Incluso, porque hay que ser honestos, Óscar ha perdido las últimas semanas su puesto de titular. Pero todo tiene una doble mirada y el enfoque, en este caso, es clave. El talaverano no sólo es el futbolista diferencial por talento, responsabilidad y criterio, sino que incluso cuando Javier Aguirre ha preferido priorizar su aspecto defensivo metiendo un hombre más en la línea de atrás y, por tanto sacrificarle del once, ha sido él, igualmente, el mejor, el diferencial y el que, incluso saliendo desde el banquillo, lograra goles que permiten a los ‘pepineros’ soñar con la permanencia. Siendo sinceros, es un futbolista mayúsculo que saca oro en un equipo que, por su ideología, le obliga a ciertas actitudes u matices que no le facilitar destacar. 7 goles y 2 asistencias (los goleadores que están tras él tienen… 1 gol). ¡Crack!

No es nuevo el alto rendimiento del valenciano en Pamplona, porque cuando el año pasado llegó a Osasuna, en 2ªDivisión, ya fue determinante en el ascenso con goles, asistencias y, sobre todo, una capacidad de desequilibrio, intensidad y confianza altísima en sus opciones, que destacó sobre manera. Lo más alucinante es que esa misma línea, de hacer de la garra, intensidad y atrevimiento, su mejor virtud, ha crecido incluso estando en el primer nivel y en su regreso a la élite (ya jugó en ella estando en Levante ero nunca con tanto aplomo) está en números de crack del torneo. Seis goles, dos asistencias y un show cada partido para asegurar que está en el mejor momento de su carrea… y Pamplona sonríe de oreja a oreja porque así sea.

Va a ser, sin ninguna duda, uno de los grandes estímulos de los próximos años en la Liga y, soltar esta sentencia es lo que mejor representa el cambio de mentalidad que ha generado en todo el mundo el enganche noruego. Y es que el Odegaard que habíamos visto hasta ahora en la Eredivisie era un futbolista creciente, progresivo, determinante por momentos sólo aislados y falto de regularidad pese a ser evidente su puesta a punto. Este curso, su cesión a San Sebastián parece caída del cielo porque ni en el mejor de los sueños, él, el club o el mismísimo dueño de su pase (el Real Madrid), podrían haber pronosticado una escenografía como esta. Talante y talento a partes iguales, para un icono del nuevo proyecto donostiarra, donde ha reconocido sentirse cómodo y libre, algo fundamental para mostrar su categoría. Rompe líneas interiores, genera espacios imprevisibles, lanza contragolpes, conduce y asisten de lujo y, además, asumió un liderazgo que no estaba ni previsto para él. Cuatro goles y cinco asistencias para un futbolista que, por cierto, aún puede juntarse en la próxima Eurocopa con Haaland como dúo de jóvenes reputados para Noruega (que tiene opciones de entrar porque disputará la repesca).

Siempre Leo. Puede tener altibajos, momentos menos diferenciales y hasta algún partido donde no llegue el gol, pero la regularidad, naturalidad y normalidad a la que nos ha acostumbrado curso tras curso, hace tiempo que marcó la distancia entre el argentino y el resto de humanos. Lleva la batuta del líder, al que permitió reaccionar tras algunas dudas diversas a inicios de curso, pero ya suma más goles (19 sólo en Liga) y más asistencias (12 sólo en Liga), que cualquier amenaza, siempre lejana, a su reinado individual en al Liga española. ¿El cambio con respecto a otros cursos? Que no lo jugó todo, que se le han dado más descansos y que eso le debería permitir llegar a momentos clave en plena forma. ¿Alguien duda que será el mejor del campeonato?

El mejor 'once' de la Liga pero sólo con un jugador de cada equipo

¿Cuál sería el Once Ideal de lo que llevamos de Liga española 2019-2020 si sólo pudieras escoger a un futbolista por equipo?

El fútbol español decide estos días, como todo el planeta, qué medidas tomar sobre la posibilidad de poder retornar al césped, saltar a la cancha y seguir disputando la Liga 2019-2020 que, sin ninguna duda, será una de las más recordadas por el escenario que ha tomado manejar. El Covid-19 se ha encargado de mantener en rojo, probablemente para la eternidad, esta temporada futbolera.

No obstante, el campeonato estaba encarando ya su recta final, nos acercábamos a las citas determinantes que decidirían qué pasaría con cada uno de los objetivos y los futbolistas fundamentales estaban haciendo gala de su capacidad para resolver en los días donde todo tomaba un cáliz trascendental. Cada equipo ha tenido diferentes jugadores que estaban siendo la clave por la que ser esperanzadores o por la que imaginar un futuro positivo incluso estando en zona peligrosa o lejos de los objetivos propuestos a principios de campaña.

Por eso, desde Goal.com, hemos querido indagar, diseccionar y exprimir cada una de las plantillas de la Liga española y otorgar merecimientos individuales en cada una de ellas. ¿Quién ha sido el mejor de cada equipo en lo que se lleva de temporada? Uniendo estadísticas, sensaciones y realidades de cada club, hemos decidido armar un ONCE IDEAL de la Liga 2019-2020 pero con una particularidad, escogiendo sólo a un futbolista por plantilla. Un once titular, capaz de todo y repleto de futbolistas en forma, pues ellos son los mejores de su equipo y, ahora, los representantes de sus colores. ¿Cuál sería tu once?

El guardameta de la Liga. Es difícil hacer sombra a la temporada del guardameta granota, principal pilar a la hora de valorar por qué en un curso donde los delanteros no están siendo determinantes, el equipo está plácidamente en una tierra de nadie que no debería ni acercarlo a posiciones de peligro por el descenso. Intervenciones determinantes cada partido (lleva dos cursos siendo Top 3 de porteros más expuestos). No es excesivamente alto (1,82), pero su juego aéreo ha sido una de las mejores bazas, pues le aporta seguridad a la zaga, al tiempo que sus reflejos, agilidad, concentración y reflejos, le sirven para tener ya varias suculentas ofertas para dar un siguiente paso en su carrera.

El lateral zurdo lleva un curso espléndido, recuperando la mejor versión que de él se imaginaba cuando el mismísimo PSG lo contrató hace unos años, pero asentándose en un carril zurdo que llena de alegrías el curso bilbaíno. Y es que no sólo en Liga se ha mostrado rápido, tenaz, profundo y determinante, sino que en la Copa del Rey, su gol en semifinales fue determinante para colarse en la finalísima vasca. Dos goles y otras tantas asistencias, que van a seguir abriéndole paso entre los mejores.

Quizás el Real Madrid, a nivel individual, no está teniendo un año muy florido en algunos futbolistas determinantes años anteriores, pero de todos los que mantienen su regularidad como principal estándar de calidad, Carvajal sigue siendo el más capaz. Siempre intocable cuando su físico está óptimo, es cierto que ha dejado alguna debilidad en partidos concretos a nivel defensivo, pero en un curso donde los goles no llegaban fácil al lado blanco, sus seis asistencias demuestran la necesidad de encontrar virtudes definitorias a todo lo que es capaz de generar el internacional español.

No suele ser la defensa, y más aun la pareja de zagueros, una zona de los planes de cualquier técnico, que guste tocar en exceso y, por ello, cuando los centrales llegan a un nuevo contexto, suelen necesita un tiempo de adaptación. No ha existido semejante criterio para Diego Carlos, hasta el punto que a base de solidez, potencia, seguridad y hasta goles en jugadas a balón parado ofensivo, le han servido para estar entre los mejores del curso, ganarse a los sevillistas en cuestión de meses y asegurar, sí o sí, que la llamada de la Canarinha estará cerca de caer. Su futuro, rentable una vez más para Monchi, está asegurado.

Llegar como ‘novato’ a la Liga española, en un club que siempre debe tener seguridad defensiva como pieza para su salvación y, además, afrontar todo ello con sólo 20 años, era el reto que tenía por delante Salisu en Pucela. El ghanés, que surgió de la escuela de talentos nacionales de su país, llegó por sorpresa al filial pucelano en 2017, pero rápidamente encontró ojos puestos en su capacidad defensiva. Fuerza, solvencia, seguridad con la pelota en los pies (casi 82% de fiabilidad de pase, algo muy alto para un zaguero y más en su club) y rapidez en reacción, de piernas y de mente, pues ha destacado muchísimo por sus reuperaciones y achicando espacios tras pérdida. Está ya en la agenda de los ‘muy grandes’.

Tenía todo Mestalla a sus pies como estilete del curso, una vez más, para dar seguridad, potencial y experiencia a los chés, y no necesitó tiempo para re-demostrar, que es el líder del Valencia. Lo juega absolutamente todo, es el más fiable con pelota de su equipo, es el termómetro, el regulador, el lanzador y el jefe que da el paso adelante o enfría cada acción. Marca tiempos y asume responsabilidades, siempre. Cuando el equipo empezó fatal y cuando el equipo empezó a reaccionar. Ocho goles (infalible con penaltis), lanzador de cada acción a balón parado y tres asistencias ya en su haber este curso. Todo lo positivo para los de Celades nace, siempre, en sus botas.

La pesadilla quedó atrás y aquella cita médica que, tras muchas operaciones y desesperos, pronosticó que Santi jamás iba a poder volver a jugar al fútbol, debe haberse quedado absolutamente muda. No sólo volvió el asturiano, sino que ya el pasado año cigió tono, furia y pasión, para mezclarlo todo y, ya con una mejoría física y partidos, puso el tono ideal. Tanto, que hasta volvió a la selección española y tiene muchas opciones de estar en la Eurocopa. El icono pasional amarillo, el ídolo en el que inspirarse y, desde luego, la espalda sobre la que se regula todo el funcionamiento colectivo del submarino. Ocho goles y seis asistencias, justificarían que al bueno de Cazorla le colocáramos, incluso, como futbolista más regular del curso si nos basamos en cada detalle estadístico de su juego.

Quizás a más de uno pueda sorprenderle la aparición de un futbolista de uno de los clubes que más gris lo tuvo, tiene y tendrá en esta Liga para mantenerse en 1ªDivisión. Incluso, porque hay que ser honestos, Óscar ha perdido las últimas semanas su puesto de titular. Pero todo tiene una doble mirada y el enfoque, en este caso, es clave. El talaverano no sólo es el futbolista diferencial por talento, responsabilidad y criterio, sino que incluso cuando Javier Aguirre ha preferido priorizar su aspecto defensivo metiendo un hombre más en la línea de atrás y, por tanto sacrificarle del once, ha sido él, igualmente, el mejor, el diferencial y el que, incluso saliendo desde el banquillo, lograra goles que permiten a los ‘pepineros’ soñar con la permanencia. Siendo sinceros, es un futbolista mayúsculo que saca oro en un equipo que, por su ideología, le obliga a ciertas actitudes u matices que no le facilitar destacar. 7 goles y 2 asistencias (los goleadores que están tras él tienen… 1 gol). ¡Crack!

No es nuevo el alto rendimiento del valenciano en Pamplona, porque cuando el año pasado llegó a Osasuna, en 2ªDivisión, ya fue determinante en el ascenso con goles, asistencias y, sobre todo, una capacidad de desequilibrio, intensidad y confianza altísima en sus opciones, que destacó sobre manera. Lo más alucinante es que esa misma línea, de hacer de la garra, intensidad y atrevimiento, su mejor virtud, ha crecido incluso estando en el primer nivel y en su regreso a la élite (ya jugó en ella estando en Levante ero nunca con tanto aplomo) está en números de crack del torneo. Seis goles, dos asistencias y un show cada partido para asegurar que está en el mejor momento de su carrea… y Pamplona sonríe de oreja a oreja porque así sea.

Va a ser, sin ninguna duda, uno de los grandes estímulos de los próximos años en la Liga y, soltar esta sentencia es lo que mejor representa el cambio de mentalidad que ha generado en todo el mundo el enganche noruego. Y es que el Odegaard que habíamos visto hasta ahora en la Eredivisie era un futbolista creciente, progresivo, determinante por momentos sólo aislados y falto de regularidad pese a ser evidente su puesta a punto. Este curso, su cesión a San Sebastián parece caída del cielo porque ni en el mejor de los sueños, él, el club o el mismísimo dueño de su pase (el Real Madrid), podrían haber pronosticado una escenografía como esta. Talante y talento a partes iguales, para un icono del nuevo proyecto donostiarra, donde ha reconocido sentirse cómodo y libre, algo fundamental para mostrar su categoría. Rompe líneas interiores, genera espacios imprevisibles, lanza contragolpes, conduce y asisten de lujo y, además, asumió un liderazgo que no estaba ni previsto para él. Cuatro goles y cinco asistencias para un futbolista que, por cierto, aún puede juntarse en la próxima Eurocopa con Haaland como dúo de jóvenes reputados para Noruega (que tiene opciones de entrar porque disputará la repesca).

Siempre Leo. Puede tener altibajos, momentos menos diferenciales y hasta algún partido donde no llegue el gol, pero la regularidad, naturalidad y normalidad a la que nos ha acostumbrado curso tras curso, hace tiempo que marcó la distancia entre el argentino y el resto de humanos. Lleva la batuta del líder, al que permitió reaccionar tras algunas dudas diversas a inicios de curso, pero ya suma más goles (19 sólo en Liga) y más asistencias (12 sólo en Liga), que cualquier amenaza, siempre lejana, a su reinado individual en al Liga española. ¿El cambio con respecto a otros cursos? Que no lo jugó todo, que se le han dado más descansos y que eso le debería permitir llegar a momentos clave en plena forma. ¿Alguien duda que será el mejor del campeonato?

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